Conservación de la Basílica
Los dominicanos han sido responsables de la tutela y el cuidado del inestimable patrimonio que contiene y representa desde 1810, año en que se les confió la Basílica tras las supresiones de Napoleón. El tamaño y la antigüedad de la Basílica requieren trabajos de mantenimiento continuos: desde 1891 se han llevado a cabo más de 90 trabajos de restauración, uno cada año y medio. En particular, entre los años 800 y 900 se restauraron por primera vez los monumentos de los dogos, las capillas y la Sacristía. Después de la Primera Guerra Mundial, se incurrió en gastos considerables para reparar los daños causados por los bombardeos de los Habsburgo. Las intervenciones más importantes se hicieron en los tejados, pero también en la restauración de las superficies decoradas, los monumentos funerarios y las vidrieras.
En los últimos diez años, gracias sobre todo a la contribución de particulares y visitantes con donaciones y oblaciones de entrada, la Comunidad Dominicana ha podido garantizar la conservación y el disfrute de la Basílica y sus obras, realizando numerosas y necesarias obras de restauración y mantenimiento, tanto ordinarias como urgentes.
Actividad Pastoral
La Comunidad de Frailes Predicadores presente en la Basílica también ha dirigido la Comunidad Parroquial de San Juan y San Pablo desde 1810. Es una comunidad muy variada y dinámica, comprometida con la educación en la fe a través de la pastoral de las familias y los ancianos, el voluntariado, las iniciativas culturales, la experiencia de servicio, la iniciación cristiana y la catequesis de niños, jóvenes y adolescentes.