1170
Nacido en Caleruega, un pueblo de montaña de Castilla la Vieja (España), Santo Domingo se ha distinguido desde su juventud por la caridad y la pobreza.
1203
Diego de Acebes, obispo de la diócesis castellana de Burgo de Osma, eligió a Domingo como su compañero para llevar a cabo una delicada misión diplomática en Dinamarca en nombre de Alfonso VIII, rey de Castilla. Los dos nunca se separarán de nuevo.
Mientras tanto, Domingo maduró una intención precisa: dar a la predicación una forma estable y organizada.
1215
Domingo fue a Roma para participar en el Concilio Lateranense IV y también para presentar a Inocencio III su proyecto, basado en la Regla de San Agustín.
1216
El Papa Honorio III aprueba oficialmente la Orden de Frailes Predicadores con estas palabras: «Os ha inspirado un devoto deseo por el cual, abrazando la pobreza y profesando la vida regular, os dedicaréis a la exhortación de la palabra de Dios, llevando al mundo entero la proclamación del nombre de nuestro Señor Jesucristo». En la base de la Orden están la predicación itinerante, la mendicidad, una serie de observancias monásticas y el estudio en profundidad.
1221
Santo Domingo muere en su amado convento de Bolonia.
1234
Gregorio IX, unido a él por una profunda amistad, lo canonizó el 3 de julio de 1234.
Hoy
La Orden de Predicadores está presente en los cinco continentes con 43 provincias.
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